Esta decisión no solo proporciona certidumbre tributaria en el corto plazo, sino que también plantea una serie de desafíos y oportunidades a considerar en la planificación financiera.

Durante la pandemia, el gobierno chileno fijó transitoriamente el impuesto de primera categoría de las pymes en un 10%, subiéndose luego a un 12,5% en 2023. 

La legislación original indicaba que esta tasa aumentaría al 25% en 2025, pero con esta nueva propuesta, se mantendrá en 12,5% hasta 2027 y luego subirá al 15% en 2028.

Este beneficio solo estará disponible para las empresas que se acojan al Régimen Pro PYME, y su implementación está vinculada a la aprobación de la reforma previsional. 

¿Qué implica esta medida para las finanzas de las pymes?

A continuación, compartimos los principales efectos de esta medida, aquellas que consideramos que serán claves para aprovecharlas y las precauciones a tener en cuenta para manejar los riesgos asociados:

1. Planificación Financiera: La certidumbre tributaria da claridad al mapa de los años siguientes, una proyección más precisa del flujo de caja, de las inversiones y las proyecciones de beneficios. Al evitar aumentos repentinos en los impuestos, las pyme podrán gestionar mejor sus recursos y destinar fondos a áreas clave, como expansión o innovación. 

2. Alivio fiscal para reinvertir en el negocio: Las PYMEs podrán liberar recursos que, de otro modo, habrían destinado a impuestos más altos. Estos podrían ser dirigidos a reinversiones en la empresa, mejorando la infraestructura, aumentando la capacidad productiva o destinándolos a la optimización de procesos.

3. Mejora del flujo de caja: En un escenario donde los costos operativos tienden a aumentar, la no implementación de un alza impositiva inmediata permite a las PYMEs fortalecer su flujo de caja. Esto es particularmente relevante si en tu empresa cuentan con márgenes ajustados, ya que les da más capacidad para manejar los costos operativos, negociar con proveedores o incluso financiar crecimiento sin recurrir a fuentes externas de financiamiento.

4. Incentivo a la formalización: La continuidad de la tasa de 12,5% podría ser un factor motivador para que más empresas se formalicen bajo el Régimen Pro PYME. Esta medida permite acceder a un régimen tributario preferencial, lo que también podría abrir puertas a nuevos financiamientos, incentivos gubernamentales y una mayor estabilidad frente a los vaivenes del mercado.

Riesgos a considerar

• El posible aumento en 2028: Esto puede implicar la necesidad de ajustar presupuestos y optimizar los costos operativos para compensar el alza de impuestos.

• Reformas fiscales futuras: La reducción en la carga fiscal actual tiene un costo para las arcas, y esto podría llevar a futuras reformas que busquen aumentar los impuestos en otros sectores o ampliar la base tributaria. Por lo tanto, es crucial que las PYMEs diseñen escenarios a largo plazo que contemplen posibles ajustes fiscales en el futuro y se preparen para cambios en el entorno tributario.

• Optimización de costos: Revisar la estructura de gastos, buscar eficiencia operativa y reducir el impacto de otros factores como la inflación puede ser clave para garantizar que los recursos disponibles se utilicen de la mejor manera posible, evitando contratiempos financieros a futuro.

• Consultoría financiera y tributaria: Dada la complejidad de la legislación tributaria, y especialmente en el contexto de futuros cambios impositivos, es recomendable contar con el apoyo de expertos en tributación y planificación financiera. Un asesor puede ayudar a anticipar los efectos de los cambios fiscales, optimizar la estructura de impuestos y garantizar que la PYME esté en cumplimiento con la normativa vigente.

Una planificación financiera sólida y flexible, acompañada de un monitoreo constante de los cambios regulatorios, será clave para asegurar que tu PYME pueda aprovechar al máximo esta oportunidad, mientras se prepara para los ajustes tributarios a largo plazo.