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El 2025 comenzó con el alza estipulada y en mayo se espera otro ajuste. Es momento de revisar los costos y proyectar posibles gastos asociados. ¿Cómo prepararte para lo que viene? Acá te lo contamos.
Comenzó a regir el Artículo 1 de la Ley 21.578, donde el ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 y de hasta 65 años tuvo un alza conforme a la variación acumulada por el Índice de Precios al Consumidor, determinada e informada por el Instituto Nacional de Estadísticas entre el 1 de julio de 2024 y el 31 de diciembre de 2024.
En cifras numéricas, pasamos de la cifra mínima de $500.000 a $510.500, lo que también tiene un efecto inmediato en la gratificación legal, beneficio obligatorio que se entrega a los trabajadores y corresponde al 25% del sueldo mensual, con un tope de 4.75 salarios mínimos, es decir $202.072 mensuales.
Con la inflación en juego y el mercado apostando a la prudencia, es clave revisar los costos laborales. ¿El alza del salario mínimo va de la mano con la productividad o afecta los márgenes de rentabilidad? Es momento de analizarlo.
Resulta de vital importancia entonces, realizar una planificación fiscal y presupuestaria ajustada a estos cambios, teniendo también en cuenta el posible alza de mayo de este año, así como considerar estrategias para mejorar la eficiencia y productividad, de modo que la empresa pueda enfrentar el incremento sin comprometer su competitividad en el mercado.
Revisión de estrategias salariales y de beneficios
Con el aumento del sueldo mínimo, se puede generar una presión sobre la competitividad salarial dentro del mercado. Los empleados que perciben el salario mínimo pueden buscar alternativas con mayores beneficios, por lo que es momento de revisar la estructura salarial de la empresa, evaluando no solo los ajustes al salario mínimo, sino también cómo se posiciona la empresa frente a competidores en términos de compensación global.
La implementación de beneficios adicionales o ajustes salariales más allá del mínimo puede ser una estrategia para evitar la rotación de personal y garantizar la motivación del equipo.
Estrategias de productividad y eficiencia operativa
Si el incremento de los costos laborales impacta negativamente en los márgenes de rentabilidad, se deben identificar oportunidades para mejorar la productividad y la eficiencia operativa. La automatización de procesos o la optimización de recursos son alternativas clave para contrarrestar los efectos de un aumento en los costos salariales sin sacrificar la competitividad.
Revisión fiscal y proyección de flujos de caja
El impacto en los flujos de caja es otro aspecto esencial a considerar. Las cargas sociales y otros beneficios vinculados al salario también se verán incrementados, por lo que una planificación fiscal más ajustada es crucial para mantener la estabilidad financiera de la empresa.
Medidas de apoyo a las PYMES
Es importante estar informado sobre las medidas de apoyo que el gobierno puede ofrecer a las PYMES, como subsidios para mitigar el impacto del aumento del salario mínimo, especialmente para microempresas. Estas políticas pueden ser una oportunidad para optimizar costos y mejorar la estructura financiera de la empresa en el corto plazo.
Aquí se encuentran dos que son importantes mencionar:
Por un lado, aquella medida que subsidia montos para estos periodos de alza, que varía de acuerdo al tamaño de la empresa y, por otra parte, un mecanismo de protección para elevar los montos en el caso que el nivel de empleo sea menor a 34,5%, o si existe una recesión técnica.
Subsidios según el tamaño de la empresa:
Microempresas: Subsidio mensual de $50.500 por trabajador.
Pequeñas empresas: Subsidio mensual de $32.500 por trabajador.
Medianas empresas: Subsidio mensual de $14.500 por trabajador.
Mecanismo de protección:
Se ha establecido un mecanismo de protección que incrementa los montos de los subsidios en dos situaciones específicas:
Tasa de empleo formal inferior al 34,5%: Si la tasa de asalariados con cotización previsional pagada por el empleador es menor al 34,5%, se activa este mecanismo.
Recesión técnica: Si el Producto Interno Bruto (PIB) real trimestral desestacionalizado muestra una variación negativa durante dos trimestres consecutivos, se considera que hay una recesión técnica.
El aumento del sueldo mínimo en Chile es un desafío que requiere una revisión exhaustiva de costos laborales, estrategias salariales y un ajuste de las proyecciones fiscales y de flujo de caja. Adaptarse a estos cambios de manera eficiente no solo asegurará la estabilidad financiera de la empresa, sino que también permitirá mantener la competitividad en el mercado.
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